Historia de Cracovia
Conoce la fascinante historia de Cracovia desde su establecimiento por tribus eslavas y descubre cómo se convirtió en una ciudad importante de peregrinación.
Los orígenes de Cracovia
Los restos arqueológicos han mostrado que la zona donde se ubica Cracovia, junto al monte Wawel y la ribera del río Vístula, ya estuvo habitada durante el Paleolítico.
En el siglo VI llegó a la zona de Cracovia el pueblo vislano o vistulano, una tribu eslava que se instaló en la colina de Wawel.
En el siglo IX, cuando San Metodio se encontraba evangelizando a los pueblos eslavos de la zona, se dice que los vistulanos tuvieron un mítico y poderoso gobernante al que la leyenda atribuye la fundación de Cracovia, el legendario jefe Krakus.
Está documentado por un escrito de un viajero sefardí, que en el año 966 la ciudad de Cracovia era ya un importante centro de comercio.
Parece ser que los vislanos fueron los primeros, entre los pueblos eslavos de la zona, en organizarse como estado y que pudo ser el germen de Polonia. Lo que sí se conoce es que en el siglo X ya formaba parte de Polonia y que fue capital de un voivodato, que era como se denominaba a las divisiones territoriales en Polonia.
Cracovia fue el primer foco del cristianismo en Polonia y en el siglo XI ya contaba con un obispo.
Cracovia capital de Polonia
En el año 1038 Casimiro I el Renovador hizo de la ciudad de Cracovia su sede, pasando a ser la capital de Polonia. En el siglo XI se inicio la construcción de la Catedral de Wawel.
Cracovia fue la capital de Polonia desde 1038 hasta 1596, fecha en que Segismundo III Vasa trasladó la capital a Varsovia.
En el siglo XIII la ciudad sufrió varias invasiones tártaras siendo destruida y restaurada por colonos alemanes.
En 1257 recibió carta de franquicia, acogiéndose al derecho de Magdeburgo, muestra de la importante penetración e influencia germánica.
En 1291 los polacos eligieron para el trono a Wenceslao de Bohemia, proclamándose rey de Polonia en 1300. Cracovia pasó a depender de una dinastía checa.
En 1311 y 1312 Cracovia se levantó contra las tropas de ocupación y en 1320 proclamó como rey de Polonia a Ladislao I Lokietek.
De 1333 a 1370 gobernó Polonia el rey Casimiro III el Grande, el gran reformador de Polonia. Su reinado convirtió a Cracovia en un importante centro comercial, político, cultural y científico. En 1364 mandó fundar la Universidad de Cracovia.
Desde 1386 hasta 1572 la dinastía Jagellón, la más importante de la historia de Polonia, ocupó el poder. El matrimonio de una hija de Luis I el Grande, Eduviges, con un Jagellón, el gran duque de Lituania, dio como fruto la formación de la República de las Dos Naciones.
Polonia y Lituania unidas fueron una de las grandes potencias europeas de la época y atesoraron un inmenso poder que se extendía desde el Báltico hasta el Cáucaso. Cracovia fue el centro político de aquel estado bicéfalo.
En 1440 se coronó en Cracovia a Ladislao III como rey de Hungría. Este acontecimiento convertiría Cracovia en un estado católico rodeado de germanistas, ortodoxos e islamistas otomanos.
Cracovia vivió continuas luchas contra el poder germánico. Las guerras debilitaron Polonia y, aunque detuvo el peligro alemán, surgió el ruso.
El hecho de que el poder económico se fuera desplazando paulatinamente hacia Poznan, al norte del país, por un lado, y, por otro, la ansiada búsqueda de una salida al mar Báltico por la Pomerania, contribuyeron a que en 1596 el rey Segismundo III Vasa trasladase la capital más al centro del país, de Cracovia a Varsovia.
Perdida la capitalidad, Cracovia mantuvo su prestigio como lo muestra el hecho de que la Catedral de Wawel continuó siendo el lugar de coronación de los reyes de Polonia.
Caída y reparto de Polonia
En 1648 estallaron revueltas por la distribución de tierras y poder, las llamadas "guerras cosacas". Un noble polaco, Bogdan Khmelnitski, derrotó y expulsó a la dinastía Vasa.
Tras la caída de la dinastía Vasa, el vacío de poder fue aprovechado por los rusos que ocuparon el país. Posteriormente fueron los suecos los que llegaron a ocupar toda Polonia saqueando a la propia Cracovia.
Tras las guerras cosacas Polonia perdió su supremacía europea y quedó arruinada. Rusia se anexionó a Ucrania, que hasta entonces era polaca.
Hubo una pequeña reacción nacional polaca y nombraron rey a Juan III que pasaría a la historia por vencer a los turcos que sitiaban Viena. La recuperación de la nación duró poco y, poco después, comenzarían los repartos de Polonia.
A partir de entonces Cracovia participó de la triste historia de Polonia. Empobrecida y despoblada, Cracovia sufrió las consecuencias de las rivalidades entre Suecia, Francia, Prusia, Austria y Rusia, y padeció en su suelo numerosas guerras de las grandes potencias.
En 1772 se produjo la primera partición de Polonia entre Rusia, Austria y Prusia. En 1784 pasó a manos de Prusia.
En 1792 los rusos invadieron Cracovia y crearon la Confederación de Targowica.
En 1793 Polonia sufrió la segunda partición, entre Rusia y Prusia, Cracovia pasó a manos rusas hasta 1794.
En 1795, tras el tercer reparto de Polonia, los partícipes decidieron suprimir la denominación de reino de Polonia para siempre. Polonia dejó de ser estado durante más de 100 años.
En 1796 pasó a depender de Austria.
En 1807, tras derrotar a Prusia, Napoleón creó El Gran Ducado de Varsovia al que se incorporó Cracovia en 1809.
La llegada de Napoleón dio aires a las esperanzas de los polacos por su independencia.
Tras la caída de Napoleón el Congreso de Viena acordó de nuevo la división de Polonia entre austriacos, prusianos y rusos. Sólo Cracovia se libró y las potencias europeas reconocieron a la Ciudad Libre de Cracovia que comprendía un pequeño territorio y que, formalmente, era una república independiente.
La Ciudad Libre de Cracovia pasó a ser el símbolo del independentismo polaco, un lugar de peregrinación, convirtiéndose en el centro intelectual, cultural y religioso de Polonia.
En 1846 estalló una insurrección en la Ciudad Libre de Cracovia que fue aprovechada por Austria para acabar con la pequeña república y anexionársela de nuevo.
En 1850 Cracovia sufrió un gran incendio.
Cracovia en la Republica de Polonia
Durante la Primera Guerra Mundial Cracovia fue el centro político de Polonia. Allí se instaló el comité nacional y los alemanes la convirtieron en sede de su Cuartel General creando el germen de un estado polaco pro alemán.
Tras la Primera Guerra Mundial, en 1918, Polonia recuperó su soberanía y Cracovia se incorporó al nuevo estado.
Durante la Segunda Guerra Mundial se estableció en Cracovia el gueto judío de Podgorze.
Cracovia fue liberada por las tropas soviéticas que no la abandonarían hasta la caída de la URSS.
En 1978 fue elegido papa el arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, que dirigiría la iglesia católica como Juan Pablo II hasta su fallecimiento en 2005.
En 1980 se inició en Gdansk la andadura del Sindicato Solidaridad, que contribuiría a la plena independencia de Polonia tras la caída de la Unión Soviética.
Hoy, la antigua capital de Polonia es un lugar de peregrinación para todos los polacos.
Cracovia es una ciudad moderna, la tercera más grande de Polonia y una de las ciudades más visitadas de Europa. Méritos no la faltan: durante las dos guerras mundiales no sufrió grandes daños y en 1978 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.